Ciudadania Express
Viernes 14 de enero, 2011. 05:48 pm

Moneros, critican y elogian al muralista José Clemente Orozco

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Marisela ÁLVAREZ C/Conaculta Oaxaca, México.- Los moneros Rafael Barajas El Fisgón, Eduardo del Río Rius, Gonzalo Rocha y Antonio Helguera elogiaron la calidad del muralista José Clemente Orozco, pero a la vez criticaron su falta de solidez ideológica como caricaturista. Los cuatro coincidieron en que quizá por eso es que el muralista hablaba poco de sus inicios como caricaturista político. En el contexto de la muestra José Clemente Orozco. Pintura y Verdad, que actualmente se exhibe en el Antiguo Colegio de San Ildefonso,  se llevó a cabo la mesa ¿Orozco, siempre monero?, en la que los destacados caricaturistas reflexionaron sobre la faceta del muralista mexicano en la caricatura política en los periódicos y revistas de los años previos y posteriores a la Revolución Mexicana. José Clemente Orozco produjo entre 1906 y 1926 más de un centenar de caricaturas en por lo menos una docena de publicaciones diferentes, abordando con picardía tanto la relación entre los sexos, las estrellas de espectáculos de diverso tipo, las deficiencias en los servicios públicos, las manipulaciones de la burocracia. Sus caricaturas fueron publicadas en El Mundo Ilustrado, Lo de Menos, Panchito, El Ahuizote, El Ojo Parado, México, El Malora (del que fue director), La Vanguardia, Acción Mundial, El Heraldo, El Machete, L’ABC, El Universal. Cuando las facciones revolucionarias se dividieron y enfrentaron, Orozco se decidió por seguir a Venustiano Carranza y le correspondió desempeñarse como caricaturista de La Vanguardia. Diario de la Revolución, donde mezcló ilustraciones combativas con escenas de muchachas entregadas a juegos eróticos. Rafael Barajas El Fisgón, caricaturista del diario La Jornada desde 1984 y de la revista El Chamuco, señaló que Orozco se inició como caricaturista político en el contexto de la campaña de prensa contra Francisco I. Madero. “Hay una cosa muy curiosa entre Orozco y la caricatura: en general, él no gustaba de hablar de su experiencia como caricaturista y esto tiene una razón de ser y es que sus inicios están muy ligados a esa campaña de desprestigio contra Madero”. El Fisgón recordó que antes de su triunfo Madero era muy castigado por la prensa mexicana, era tratado como un líder oportunista guiado por la gula política, por la ambición. “Lo trataban de idiota, de tarugo, decían que era un tipo que no servía. Cuando triunfa la insurrección de Madero hay un cambio en los caricaturistas y ya lo dibujan más crecido y lo tratan mejor”. Para ejemplificar cuál era el contexto de la época, El Fisgón precisó que en México, siempre han existido alrededor de cuatro revistas de caricatura e incluso ha habido periodos en los que no ha existido ninguna, pero en la época de Madero había cerca de 20, casi todas ellas financiadas por la oligarquía porfirista, cuyo sentido original era golpear la imagen  y el prestigio de Madero. “Esto explica mucho de la formación de Orozco como artista. Yo estoy convencido, independientemente de esto, de que para Orozco la caricatura fue muy importante porque aprendió muchas cosas. Sin lugar a dudas, de los muralistas, Orozco fue el más didáctico, aún más que Rivera, y esto se debe a que el oficio de caricaturista lo acompañó a lo largo de su vida. Yo estoy convencido de que los mejores murales de Orozco son los que son caricaturas”, puntualizó. Durante su intervención, Eduardo del Río Rius, colaborador de la revista El Chamuco de la cual es fundador, y autor de un gran número de libros sobre los más diversos temas abordados con textos y caricaturas, consideró que en el Orozco caricaturista no había una ideología clara. “Era un excelente dibujante, pero sus caricaturas nunca me han hecho reír, siempre me ha parecido una caricatura trágica, amarga y grotesca. “Es difícil catalogar a Orozco como un humorista gráfico porque no hay humor en su trabajo. Seguramente él se arrepintió de hacer esas caricaturas contra Madero. Me encanta su trabajo como pintor. Lo que más me gusta de él son las acuarelas que pintó en los burdeles, las cuales están incluidas en la exposición que aquí se presenta, pero como caricaturista carecía de solidez ideológica”, indicó Rius. Finalmente, Antonio Helguera, monero de La Jornada y El Chamuco, explicó que vio por vez primera las caricaturas de José Clemente Orozco en el libro 100 años de caricatura en México, coordinado por Rius. “Para mí se convirtió en una incógnita difícil de entender, lo mismo que el Chango Cabral, pues me costaba trabajo creer que un caricaturista como Orozco, y tomando en cuenta su trabajo posterior, hubiera tratado de esa manera a Madero y a Zapata. “Mi reflexión es que si uno se traslada a la época puede imaginarse que era una etapa muy complicada, eran los inicios de la Revolución Mexicana y mucha gente debió haber sentido mucho miedo porque nadie estaba seguro en qué había de acabar. Pero a muchos caricaturistas sí se les puede reclamar que no tuvieran la capacidad de valorar un poco más lo que estaba sucediendo en el momento y no sólo dejarse llevar por las corrientes de opinión dominantes”, dijo Helguera. Sin embargo, el monero elogió el trabajo de Orozco como muralista y explicó el cambio de la siguiente manera: “El régimen posrevolucionario construyó un andamiaje ideológico sumamente sólido, del cual Orozco, Diego Rivera y muchos otros pudieron asirse para construir una visión  histórica del país, mucho más progresista.  “De ahí la diferencia entre el trabajo del Orozco caricaturista y el de los murales que conocemos. De hecho, los murales que están en San Ildefonso contienen mucho del carácter caricaturístico que seguramente le gustaba mucho a Orozco y contienen toda la crítica social y política atinada que no tenían sus trabajos como caricaturista. En los murales se pueden hallar críticas a la injusticia social, a la corrupción política, de los sindicatos, de los aparatos de justicia, que son tan precisas que son vigentes hoy en día”, consideró Helguera. La mesa redonda ¿Orozco, siempre monero? Se llevó a cabo como parte de las actividades paralelas a la exposición José Clemente Orozco. Pintura y verdad, que permanecerá en exhibición en el Antiguo Colegio de San Ildefonso hasta febrero de 2011. El museo está ubicado en Justo Sierra 16, Centro Histórico.
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