Oaxaca, México.-La sección Internacional del portal de El País narra que de julio a noviembre, Noé Araiza va diario a la playa de Los Barriles, y luego de colocarse guantes de látex revisa si hay tortugas marinas recién nacidas en su corral, esto para ayudarlas a dejar el nido y llevarlas al mar. Muchos habitantes del Golfo de California (Mar de Cortés) protegen a las tortugas, por propia decisión y también con ayuda de diversas ONGs. Gracias a esta labor esta especie en peligro de extinción sigue reproduciéndose. En este lugar habitan cinco de las siete especies de tortuga marina, y son tres las que depositan sus huevos en estas playas. Durante ya 13 años, vecinos de este lugar han liberado más de millón y medio de tortugas bebé para que lleguen al mar y comiencen su complejo ciclo de vida. “Nunca había visto, a mis 30 años, una tortuga desovar”, cuenta Noé Araiza. Su hija Noelia le animó a contribuir. “La siguiente noche casi me exigió que fuéramos a ver otra”. Ahora su hermano y su cuñada lo ayudan a vigilar 350 nidos para evitar el robo de los huevos recién depositados, mismos que son cotizados en el mercado negro como alimento.