Respeto a los estudios que ubican a Guerrero como la entidad más violenta del país, el gobernador Ortega Martínez reconoció que la realidad no se puede ocultar. "Esa es una apreciación más que certera; es una terrible realidad y es sobre la que tenemos que reflexionar para transformarla, una parte de la responsabilidad es de los gobernantes y otra más de los gobernados", anotó. Indicó que se necesita de una sociedad participativa y organizada, que sepa manejar con claridad que el problema de la violencia tiene su origen en un proceso de descomposición. Bajo dicha circunstancia, señaló que debe ubicarse claramente una relación existente entre el movimiento que mantenía paralizada a la Policía Preventiva de Acapulco. "Acaban de detener a un delincuentazo de tristemente célebre apellido (Víctor Aguirre), los líderes que encabezaban ese paro se fueron casi inmediatamente del estado y más de la policía dice ahora que ya quiere trabajar". En ese sentido, sostuvo que en el caso del paro en la policía de Acapulco no solamente había indicios, sino que existen elementos claros para establecer un vínculo de Víctor Aguirre y la policía, de ahí que surja la interrogante respecto al por qué no se actúa.