Ante más de 16 mil espectadores en el Thomas & Mack Center de Las Vegas, uno de ellos el estadounidense Floyd Mayweather Jr, Pacquiao se impuso por decisión unánime, con puntuaciones de 118-109, 118- 109 y 114-113, ésta una tarjeta alejada de la realidad.
El “Manny, Manny” retumbó en el inmueble antes de comenzar la pelea, que tuvo un primer giro igualado, de estudio y la cual se encendió pronto, pues con un zurdazo de Pacquiao al rostro mandó a la lona a Jessie en el segundo, quien sorprendido se levantó para continuar.
Pacquiao lucía muy peligroso gracias a su velocidad, lo que aprovechó para castigar a Jessie, quien debió optar por el contragolpe, lo que le favoreció en el cuarto giro, cuando impactó derechas al tagalo.
Con la misma derecha, Jessie buscó en repetidas ocasiones hacer daño a su rival, muchas veces errado, pocas veces acertado y las menos con real peligro, como al final del sexto y del octavo rounds, aunque el “Pacman” aguantó.
Vargas, con un corte en la ceja derecha antes de iniciar el noveno, quería repetir lo que hizo Juan Manuel Márquez y acabar con el asiático con un solo derechazo, pero no ocurrió ante un Pacquiao que era amo y señor en el ring.
La experiencia y velocidad de Manny fueron determinantes para el triunfo, y aunque Vargas intentó por todos los medios el golpe letal que le permitiera conservar su cetro, ese nunca llegó para la coronación del senador de Filipinas.
Con esta victoria, Pacquiao mejoró su récord a 59-6-2, 38 por la vía rápida, la cual tendrá poco tiempo para celebrar, pues deberá regresar pronto a su país y reportar al Senado, mientras que Vargas sumó su segundo revés, por 27 triunfos, 10 por nocaut.
En la recta final de la pelea, luego de golpear al entonces todavía monarca welter de la Organización Mundial de Boxeo, Jessie Vargas, Pacquiao volteó en repetidas ocasiones al sitio donde estaba Mayweather y le sonrió; y al término del combate, al momento de festejar, “Pacman” lo hizo en la esquina más cercana al lugar del “Money”.
