Oaxaca.-El calentamiento global es una de las principales problemáticas a nivel mundial que experimenta la Tierra. Con el afán de implementar métodos de prevención y soluciones ante el cambio climático, recientes investigaciones han considerado la posibilidad de capturar y almacenar el dióxido de carbono, actor principal del calentamiento, para poder reducir la concentración de gases tóxicos en la atmósfera terrestre. El piloto del proyecto se está llevando a cabo en diferentes países y consiste en capturar el el dióxido de carbono (CO2) producido por centrales eléctricas y otras industrias, comprimir los gases que producen el efecto invernadero, y llevarlos a las capas más profundas del subsuelo. [caption id="attachment_13750" align="alignleft" width="300"] La alertas ignoradas de los efectos graves por el calentamiento global[/caption] Por el momento, la implementación de la técnica encuentra diferentes dificultades, como el costo que exige el procedimiento, la dificultad para atrapar los gases y la posibilidad de que estos lleguen a filtrarse a través de fisuras o desgarres de la corteza terrestre y vuelvan a la superficie.   Resultados positivos Durante los cinco últimos años, la modalidad ha sido aplicada en Islandia y ha ofrecido resultados esperanzadores. En el proyecto han colaborado más de 19 investigadores de 7 países diferentes y esta semana expondrán las evidencias publicadas en un artículo para la prestigiosa revista Science. Para poner en marcha la estrategia se contó con la dirección de Juerg Matter, de la Universidad de Southampton (Reino Unido), quien explica que el lugar de trabajo fue la planta islandesa de CarbFix, donde se inyectó dióxido de carbono en pozos que atravesaban lava basáltica a una profundidad de entre 400 y 800 metros. Los resultados confirman “más del 95% del CO2 inyectado en el emplazamiento CarbFix, en Islandia, fue mineralizado en forma de carbonato en menos de 2 años”, un tiempo inferior a la respuesta con otras manipulaciones del CO2, lo que resulta bastante útil. Según afirman los autores, dado que los carbonatos son estables, este enfoque no está tan expuesto al riesgo de que se produzcan filtraciones de dióxido de carbono, lo que quiere decir que podría reducirse de forma significativa el nivel de supervisión en los lugares de almacenamiento del basalto. Debido a que esta técnica depende principalmente del agua y de las rocas porosas de basalto, que se encuentran en grandes cantidades en los márgenes continentales de muchas partes del mundo, los autores también sugieren que será posible realizar el experimento a mayor escala.