Fortino Torrentera O. Oaxaca.- Además del legado musical que dejó al mundo, el compositor Álvaro Carrillo dejo huella indeleble en la región de la Costa, por ello, al conmemorarse este 3 de diciembre el 48 aniversario de su muerte, autoridades y trovadores costeño realizaron un homenaje. El evento fue organizado por el Ayuntamiento Constitucional de Pinotepa Nacional en coordinación con la Casa de la Cultura “María Luisa Aguirre Palacios”, donde acudieron pobladores de la región, principalmente de Jamiltepec, Jicayán, Pinotepa de Don Luis, Chila y Puerto Escondido. Ahí estuvo el maestro Baltazar Velasco, uno de los chileneros de la Costa, quien junto a Chanta Vielma han cultivado el gusto por el bolero y la chilena y quien dijo sentirse congratulado de recordar a Álvaro Carrillo, orgullo de la Costa, de Oaxaca y del país. También estuvo la más importante cantautora oaxaqueña, Silvia María, quien con su guitarra y profundo sentimiento interpretó algunas piezas que han inmortalizado al llamado “Bardo Costeño”, lo cual fue reconocido por el público asistente. De igual forma, el guitarrista y compositor oaxaqueño, Héctor Díaz, quien ha acompañado a destacadas figuras de la música mexicana, pero en especial de talento oaxaqueños, esta vez ofreciendo sus versiones del compositor nacido en Cacahuatepec. Con este homenaje se institucionaliza el tributo a quien es considerado el compositor más inspirado de esta tierra, quien en su haber cuenta con más de 300 composiciones y quien es el máximo representante de la bohemia. Es de recordarse que Álvaro Carrillo falleció de manera trágica aproximadamente a las 19:00, en la tarde del 3 de abril de 1969. Regresaba de la ceremonia de toma de posesión del gobernador de Guerrero Caritino Maldonado Pérez. Carrillo venía en el asiento del copiloto junto al chofer, mientras que su esposa y dos de sus hijos, Alvarito y Mario, venían en el asiento de atrás. Unos 28 km del centro de la ciudad de México (a la altura del Actual Colegio Militar),6 en el km 194 de la novísima autopista México-Cuernavaca (de 1964), un vehículo Ford guayín que se desplazaba en la pista opuesta (en sentido contrario), conducido por una dama, salió de su carril, cruzó el camellón y se impactó a toda velocidad contra el automóvil donde viajaba la familia Carrillo Incháustegui. El chofer falleció instantáneamente, Carrillo minutos después y su esposa Ana María al día siguiente; sus dos hijos, Álvaro y Mario, resultaron con lesiones menores. Los cuerpos fueron velados en el Teatro de los Compositores en la Ciudad de México y fueron inhumados en el Lote de Compositores del Panteón Jardín, al sur de la ciudad de México.