Agencias La empresa privada Servicio Integrales de Seguridad y Limpieza (Seglim), contratada en enero del 2017 por la Secretaría de Salud de Oaxaca para prestar servicio en el hospital civil “Doctor Aurelio Valdivieso” arrastra señalamientos de corrupción. En mayo del 2017, la Sección 20 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Limpieza y Seguridad Privada denunció una posible red de corrupción entre la empresa Servicio Integrales de Seguridad y Limpieza y Mantenimiento S.A de C.V y los Servicios de Salud para el pago de nómina, que implicaba “moches” a funcionarios y pagos indebidos. La situación fue dada a conocer durante la protesta de brazos caídos que realizaron más de dos mil empleados de esa empresa, contratada por el gobierno del estado para la prestación de servicios de limpieza y seguridad, a quienes se les debía la segunda quincena de abril. En aquella ocasión, el personal también denunció que eran utilizados para labores distintas a las suyas, por ejemplo, para hace mandados, como ir a la tienda. La empresa se anuncia a través de su página de internet como, “capacitada para salvaguardar y proteger instalaciones, así como la integridad de su personal, clientes, visitantes y los que usted más ama, su familia, garantizado una seguridad responsable”. Tras el robo del recién nacido, Leonardo Sánchez Flores, con empujones e insultos personal de la empresa Seglim endurecieron los filtros de accesos, luego de que se confirmará que una persona vestida de enfermera ingresó al área donde se encuentran las mujeres en posparto, el personal que controla el ingreso y salida del hospital, desalojó con violencia a familiares d pacientes internados en el nosocomio e impidió el acceso a pacientes programados para operaciones o citas médicas. Por su parte, familiares de Flor Itzel, madre del bebé robado también reclamaron la falta de seguridad en el nosocomio. Los familiares montaron guardia en el lugar a la espera de noticias, una ambulancia ingresó por el acceso de urgencias y llevaba un recién nacidos y tres mujeres, a quienes los elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones detuvieron en inmediaciones del río Salado como sospechosas. Minutos más tarde, el padre del bebé robado llegó al hospital, los familiares se aglomeraron en las rejas frente a los cinco policías que resguardaban el nosocomio, ante el endurecimiento de los filtros, entre empujones y gritos de enojo, demandaron que se le permitiera el acceso al padre.